Ejercicios diabetes tipo 2

Plan dietético para la diabetes

Si tiene diabetes, mantenerse activo hace que su organismo sea más sensible a la insulina (la hormona que permite a las células del cuerpo utilizar el azúcar de la sangre como fuente de energía), lo que ayuda a controlar la diabetes. La actividad física también ayuda a controlar los niveles de azúcar en sangre y reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiacas y lesiones nerviosas.

El objetivo es realizar al menos 150 minutos semanales de actividad física de intensidad moderada. Una forma de conseguirlo es intentar realizar al menos entre 20 y 25 minutos de actividad todos los días. Además, dos o más días a la semana, incluya actividades que hagan trabajar los principales grupos musculares (piernas, caderas, espalda, abdomen, pecho, hombros y brazos).

Estas actividades hacen trabajar los músculos grandes, aumentan el ritmo cardíaco y te hacen respirar con más dificultad, que son objetivos importantes para estar en forma. Los estiramientos ayudan a mantener la flexibilidad y a prevenir las agujetas después de la actividad física. Para más información, lea Consejos para mantenerse activo con diabetes [PDF - 240 KB].

Algunos beneficios empiezan enseguida, aunque no te parezcan obvios. Mídase el nivel de azúcar en sangre antes y después de dar un paseo. Lo más probable es que la cifra sea más baja después del paseo. Si se mantiene a lo largo del tiempo (semanas, meses, años), los resultados serán más evidentes.

¿Qué ejercicio hacen los diabéticos de tipo 2?

Si tiene diabetes, mantenerse activo hace que su organismo sea más sensible a la insulina (la hormona que permite a las células del cuerpo utilizar el azúcar de la sangre como fuente de energía), lo que ayuda a controlar la diabetes. La actividad física también ayuda a controlar los niveles de azúcar en sangre y reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiacas y lesiones nerviosas.

  Insulinoterapia en diabetes tipo 2

¿Qué ejercicios deben evitar los diabéticos de tipo 2?

Actividad muy extenuante, levantar objetos pesados o hacer esfuerzos y ejercicio isométrico. Actividad más moderada, como caminar, levantamiento moderado de peso, levantamiento de pesas con pesos ligeros y altas repeticiones, estiramientos.

Cómo entrenar

Actividades de alto impacto, extenuantes o prolongadas en las que se soporta peso, como caminar una distancia larga, correr en una cinta, saltar o brincar, ejercicio con calor o frío, ejercicio en el que se soporta peso cuando se tiene una lesión en el pie, una llaga abierta o una úlcera.

Actividades diarias de ligeras a moderadas, ejercicio en un clima moderado, actividades de carga moderada de bajo impacto (por ejemplo, caminar, montar en bicicleta, nadar, ejercicios en silla). Los ejercicios de carga moderada, como caminar, son adecuados una vez que se han curado las úlceras del pie.

Ejercicio en condiciones de calor extremo donde puede producirse deshidratación, actividades que requieran cambios rápidos de movimiento que puedan provocar desmayos. Hable con su médico antes de iniciar un programa de ejercicio: es posible que necesite una prueba de esfuerzo.

Ejercicio para diabéticos en casa

Esfuércese por completar al menos 150 minutos de ejercicio aeróbico de intensidad moderada a vigorosa cada semana (por ejemplo, 30 minutos, cinco días a la semana) y ejercicios de resistencia (como levantar pesas) dos o tres veces por semana.

  Diagnóstico diabetes tipo 1

Por actividad física se entiende cualquier forma de movimiento que haga que el cuerpo queme calorías. Puede ser caminar, trabajar en el jardín, limpiar y muchas otras actividades que ya realiza. La actividad física diaria es importante. Una baja forma física es un factor de riesgo de muerte tan importante como el tabaquismo.

El entrenamiento por intervalos consiste en alternar periodos cortos de ejercicio aeróbico intenso, como correr o montar en bicicleta, con periodos cortos de recuperación de intensidad baja a moderada o descanso de 30 segundos a 3 minutos cada uno.

Diabetes y actividad física

Antecedentes El beneficio del ejercicio en la prevención y el tratamiento de la diabetes tipo 2 (DMT2) tiene una sólida base empírica, por lo que es importante garantizar que el ejercicio forme parte del plan de tratamiento de cada paciente.

Objetivo Este artículo revisa la evidencia sobre el ejercicio en la DMT2 y los factores que afectan a la disposición de un paciente a comenzar y mantener suficiente ejercicio para obtener beneficios. El artículo ofrece consejos sobre cómo prescribir de forma segura y eficaz la "medicina" del ejercicio para todos, incluso para los pacientes más frágiles; a quién estabilizar antes de comenzar un programa de ejercicio; y cómo utilizar las habilidades de un fisiólogo del ejercicio acreditado (FEA) para ofrecer la mejor "prescripción" posible.

Debate Los médicos de cabecera y sus equipos, junto con otros profesionales sanitarios como los fisioterapeutas del ejercicio, pueden aumentar la cantidad de medicina del ejercicio que recibe un paciente. Este es el caso de las personas con riesgo de desarrollar T2D, las que padecen T2D y las que presentan las numerosas comorbilidades asociadas a la T2D.

  Legumbres y diabetes tipo 2

La inactividad física es el cuarto factor de riesgo de mortalidad a nivel mundial.1 Numerosas investigaciones respaldan los beneficios de la actividad física regular para la prevención y el tratamiento de enfermedades crónicas.2,3 Los pacientes que no son lo suficientemente activos cuestan más de cuidar,4 y un informe de 2016 estimó de forma conservadora que la inactividad física costó al sistema de salud australiano más de 800 millones de dólares en 2013.5 Sin embargo, a pesar de la evidencia sustantiva, el 85% de los australianos adultos participan en niveles insuficientes de actividad física para cumplir con las directrices actuales de actividad física y obtener los principales beneficios de la participación,6 incluyendo la prevención de la diabetes tipo 2 (T2D).

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