Ejercicio en la diabetes tipo 2

Cuidado de la diabetes

Para los diabéticos -o para casi cualquier otra enfermedad- los beneficios del ejercicio son innegables. El ejercicio ayuda a controlar el peso, bajar la tensión arterial, reducir el colesterol LDL y los triglicéridos perjudiciales, aumentar el colesterol HDL saludable, fortalecer los músculos y los huesos, reducir la ansiedad y mejorar el bienestar general. Para las personas diabéticas, el ejercicio tiene ventajas añadidas: reduce los niveles de glucosa en sangre y aumenta la sensibilidad del organismo a la insulina, contrarrestando así la resistencia a ésta.

En general, el mejor momento para hacer ejercicio es entre una y tres horas después de comer, cuando es probable que el nivel de azúcar en sangre sea más alto. Si utiliza insulina, es importante medir el nivel de azúcar en sangre antes de hacer ejercicio. Si el nivel antes del ejercicio está por debajo de 100 mg/dL, comer una pieza de fruta o un pequeño tentempié lo aumentará y le ayudará a evitar la hipoglucemia. Si el nivel de azúcar en sangre se mantiene estable, vuelva a medirlo 30 minutos después. También es una buena idea comprobar el nivel de azúcar en sangre después de cualquier ejercicio o actividad especialmente agotadora. Si toma insulina, el riesgo de hipoglucemia puede ser mayor entre seis y doce horas después de hacer ejercicio. Los expertos también recomiendan no hacer ejercicio si el nivel de azúcar en sangre es demasiado alto (superior a 250), ya que el ejercicio puede elevar aún más el nivel de azúcar en sangre.

¿Qué tipo de ejercicio es mejor para la diabetes de tipo 2?

Además del entrenamiento aeróbico, las personas con diabetes de tipo 2 deben realizar un entrenamiento de resistencia de moderado a intenso al menos 2-3 días a la semana. El entrenamiento aeróbico y de resistencia supervisado y combinado puede aportar beneficios adicionales para la salud, aunque las formas más suaves de AF (como el yoga) han mostrado resultados desiguales.

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¿Debe hacer ejercicio si tiene diabetes de tipo 2?

Según la Asociación Americana de Diabetes, los adultos con diabetes de tipo 2 deben realizar al menos 150 minutos de actividad física de intensidad moderada a vigorosa a la semana. Lo ideal sería repartir el ejercicio semanal en al menos tres días, sin dejar pasar más de dos sin realizar algún tipo de actividad.

¿Qué ejercicios deben evitarse con diabetes de tipo 2?

¡Atención! Actividad muy extenuante, levantamiento de cargas pesadas o esfuerzos y ejercicios isométricos. Actividad más moderada, como caminar, levantar peso moderadamente, levantar pesas con pesos ligeros y altas repeticiones, estiramientos.

Ejercicio mecanismo de la diabetes

Si tiene diabetes, mantenerse activo hace que su organismo sea más sensible a la insulina (la hormona que permite a las células del cuerpo utilizar el azúcar de la sangre como fuente de energía), lo que ayuda a controlar la diabetes. La actividad física también ayuda a controlar los niveles de azúcar en sangre y reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiacas y lesiones nerviosas.

El objetivo es realizar al menos 150 minutos semanales de actividad física de intensidad moderada. Una forma de conseguirlo es intentar realizar al menos entre 20 y 25 minutos de actividad todos los días. Además, dos o más días a la semana, incluya actividades que hagan trabajar los principales grupos musculares (piernas, caderas, espalda, abdomen, pecho, hombros y brazos).

Estas actividades hacen trabajar los músculos grandes, aumentan el ritmo cardíaco y te hacen respirar con más dificultad, que son objetivos importantes para estar en forma. Los estiramientos ayudan a mantener la flexibilidad y a prevenir las agujetas después de la actividad física. Más información en Consejos para mantenerse activo con diabetes [PDF - 240 KB].

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Algunos beneficios empiezan enseguida, aunque no te parezcan obvios. Mídase el nivel de azúcar en sangre antes y después de dar un paseo. Lo más probable es que la cifra sea más baja después del paseo. Si se mantiene a lo largo del tiempo (semanas, meses, años), los resultados serán más evidentes.

Azúcar en sangre después del ejercicio

El ejercicio no sólo ayuda a prevenir la diabetes de tipo 2, sino que también tiene un efecto positivo en quienes ya padecen la enfermedad. El ejercicio también mejora la sensibilidad de las células del cuerpo a la insulina, por lo que las células pueden absorber más glucosa de la sangre. Esto reduce el nivel de glucosa en la sangre. El valor de HbA1c, también conocido como valor de azúcar en sangre a largo plazo, también puede reducirse con el ejercicio regular.

Además de los efectos positivos sobre la diabetes, el ejercicio favorece el control del peso, ya que se utiliza más energía, y reduce la tensión arterial. Esto tiene un efecto positivo sobre la aparición y el desarrollo de complicaciones como las enfermedades cardiovasculares. En general, el ejercicio regular favorece un estilo de vida saludable y también mejora la salud mental, los contactos sociales y la confianza en uno mismo.

Por regla general, cada movimiento adicional se asocia a un beneficio para la salud. Según las recomendaciones actuales, los adultos con diabetes deben hacer ejercicio al menos 150 minutos a la semana con intensidad moderada o 75 minutos con intensidad más alta, como montar en bicicleta, correr o nadar. A intensidad moderada, se respira más deprisa pero aún se puede hablar. A mayor intensidad, hay que respirar mucho más deprisa y, por tanto, sólo se pueden intercambiar unas pocas palabras. Por lo general, las fases de sedestación también deben reducirse y, al menos, interrumpirse brevemente cada 30 minutos.

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Dieta y ejercicio en la prevención y el tratamiento de la diabetes mellitus de tipo 2

Actividades de alto impacto, extenuantes o prolongadas en las que se soporta peso, como caminar una distancia larga, correr en una cinta, saltar o brincar, ejercicio con calor o frío, ejercicio en el que se soporta peso cuando se tiene una lesión en el pie, una llaga abierta o una úlcera.

Actividades diarias de ligeras a moderadas, ejercicio en un clima moderado, actividades de carga moderada de bajo impacto (por ejemplo, caminar, montar en bicicleta, nadar, ejercicios en silla). Los ejercicios de carga moderada, como caminar, son adecuados una vez que se han curado las úlceras del pie.

Ejercicio en condiciones de calor extremo donde puede producirse deshidratación, actividades que requieran cambios rápidos de movimiento que puedan provocar desmayos. Hable con su médico antes de iniciar un programa de ejercicio: es posible que necesite una prueba de esfuerzo.

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