Que hace la diabetes tipo 2

Cuáles son las causas de la diabetes tipo 2

Una persona con diabetes tipo 2 puede utilizar el ejercicio para ayudar a controlar sus niveles de azúcar en sangre y proporcionar la energía que sus músculos necesitan para funcionar a lo largo del día. Manteniendo una dieta sana y haciendo suficiente ejercicio, una persona con diabetes de tipo 2 puede ser capaz de mantener su nivel de azúcar en sangre en el rango normal no diabético sin medicamentos.

Las personas con diabetes son propensas a sufrir problemas en los pies porque la enfermedad puede dañar los vasos sanguíneos y los nervios, lo que puede provocar una disminución de la capacidad para percibir un traumatismo en el pie. También se altera el sistema inmunitario, de modo que la persona con diabetes no puede combatir eficazmente las infecciones.

Una persona con diabetes debe llevar o llevar encima información identificativa (como una pulsera de alerta) que el personal médico de urgencias pueda encontrar. Debe llevar consigo una fuente de azúcar, como comprimidos de glucosa o pasas, por si los niveles de azúcar en sangre bajan demasiado.

Para tratar los niveles bajos de azúcar en sangre se suele aplicar la regla 15/15. Coma 15 gramos de carbohidratos y espere 15 minutos. Los siguientes alimentos proporcionarán unos 15 gramos de carbohidratos: 3 comprimidos de glucosa; media taza (120 mililitros) de zumo de fruta o refresco normal; 6 ó 7 caramelos duros; o 1 cucharada (15 gramos) de azúcar. Una vez ingeridos los hidratos de carbono, la persona debe esperar unos 15 minutos a que el azúcar llegue a la sangre. Si la persona no se siente mejor en 15 minutos, puede consumir más carbohidratos. Debe comprobarse el nivel de azúcar en sangre para asegurarse de que se encuentra dentro de los límites de seguridad.

  Cuándo llegará la cura de la diabetes tipo 1

Diabetes tipo 2

OverviewLa diabetes tipo 2 es una afección que se produce debido a un problema en la forma en que el organismo regula y utiliza el azúcar como combustible. Ese azúcar también se llama glucosa. Esta afección a largo plazo hace que circule demasiado azúcar por la sangre. A la larga, los niveles elevados de azúcar en sangre pueden provocar trastornos en los sistemas circulatorio, nervioso e inmunitario.

En la diabetes de tipo 2, hay principalmente dos problemas. El páncreas no produce suficiente insulina, una hormona que regula el movimiento del azúcar hacia las células. Y las células responden mal a la insulina y absorben menos azúcar.

La diabetes de tipo 2 solía conocerse como diabetes de inicio en la edad adulta, pero tanto la diabetes de tipo 1 como la de tipo 2 pueden comenzar durante la infancia y la edad adulta. La de tipo 2 es más frecuente en los adultos mayores. Pero el aumento del número de niños con obesidad ha provocado más casos de diabetes de tipo 2 en personas más jóvenes.

La diabetes de tipo 2 no tiene cura. Perder peso, comer bien y hacer ejercicio pueden ayudar a controlar la enfermedad. Si la dieta y el ejercicio no bastan para controlar la glucemia, puede recomendarse medicación para la diabetes o tratamiento con insulina.Productos y ServiciosMostrar más productos de Mayo Clinic

Causas de la diabetes

La diabetes de tipo 2 se desarrolla cuando el organismo no utiliza la insulina de forma eficaz y pierde gradualmente la capacidad de producir suficiente insulina. La insulina es una hormona que controla la cantidad de glucosa en la sangre. La insulina ayuda a que la glucosa producida por la digestión de los hidratos de carbono pase de la sangre a las células del organismo, donde puede utilizarse como fuente de energía.

  Diabetes tipos y sintomas

En la diabetes de tipo 2, las células del organismo no responden eficazmente a la insulina. Esto se conoce como resistencia a la insulina y provoca que la glucosa permanezca en la sangre, lo que da lugar a un nivel de glucosa en sangre superior al normal (lo que se conoce como hiperglucemia).

En la diabetes de tipo 2, el organismo puede producir suficiente insulina al principio de la enfermedad, pero no responde a ella con eficacia. A medida que la diabetes de tipo 2 progresa, el páncreas pierde gradualmente la capacidad de producir suficiente insulina. La diabetes de tipo 2 está asociada a factores hereditarios y a factores de riesgo relacionados con el estilo de vida, como el sobrepeso o la obesidad, una dieta inadecuada y una actividad física insuficiente.

La prediabetes significa que los niveles de azúcar en sangre son más elevados de lo normal, pero no lo suficiente como para llegar a un diagnóstico de diabetes de tipo 2. Sin cambios en el estilo de vida, una persona con prediabetes corre un alto riesgo de desarrollar diabetes de tipo 2.

Diabetes tipo 2: síntomas

La diabetes de tipo 2, antes conocida como diabetes del adulto, es una forma de diabetes mellitus que se caracteriza por un alto nivel de azúcar en sangre, resistencia a la insulina y una falta relativa de insulina[6]. Los síntomas más comunes son el aumento de la sed, la micción frecuente y la pérdida de peso inexplicable[3]. Los síntomas también pueden incluir un aumento del hambre, sensación de cansancio y llagas (heridas) que no cicatrizan[3]. [3] A menudo, los síntomas aparecen lentamente. 6] Las complicaciones a largo plazo de la hiperglucemia incluyen cardiopatías, accidentes cerebrovasculares, retinopatía diabética que puede provocar ceguera, insuficiencia renal y un flujo sanguíneo deficiente en las extremidades que puede conducir a amputaciones. 1] Puede producirse la aparición repentina de un estado hiperglucémico hiperosmolar; sin embargo, la cetoacidosis es poco común. 4][5]

  Tratamiento farmacológico diabetes tipo 2

La diabetes de tipo 2 constituye aproximadamente el 90% de los casos de diabetes, y el 10% restante se debe principalmente a la diabetes de tipo 1 y a la diabetes gestacional[1]. En la diabetes de tipo 1 hay un nivel total más bajo de insulina para controlar la glucosa en sangre, debido a una pérdida autoinmune inducida de células beta productoras de insulina en el páncreas[12][13]. El diagnóstico de la diabetes se realiza mediante análisis de sangre como la glucosa plasmática en ayunas, la prueba de tolerancia oral a la glucosa o la hemoglobina glucosilada (A1C)[3].

Subir