Prevencion de la diabetes tipo 2

Cómo evitar la diabetes

Los cambios en el estilo de vida pueden ayudar a prevenir la aparición de la diabetes de tipo 2, la forma más común de la enfermedad. La prevención es especialmente importante si actualmente corre un mayor riesgo de padecer diabetes de tipo 2 debido a un exceso de peso u obesidad, colesterol alto o antecedentes familiares de diabetes.

Perder peso reduce el riesgo de diabetes. Los participantes en un amplio estudio redujeron su riesgo de desarrollar diabetes en casi un 60% tras perder aproximadamente un 7% de su peso corporal con cambios en el ejercicio y la dieta.

La Asociación Americana de Diabetes recomienda que las personas con prediabetes pierdan al menos entre un 7% y un 10% de su peso corporal para evitar la progresión de la enfermedad. Una mayor pérdida de peso se traducirá en beneficios aún mayores.

Las plantas aportan vitaminas, minerales e hidratos de carbono a la dieta. Los carbohidratos incluyen azúcares y almidones -las fuentes de energía para tu cuerpo- y fibra. La fibra dietética, también conocida como forraje, es la parte de los alimentos vegetales que el cuerpo no puede digerir ni absorber.

Evita los alimentos que son "carbohidratos malos", ricos en azúcar y con poca fibra o nutrientes: pan blanco y bollería, pasta de harina blanca, zumos de fruta y alimentos procesados con azúcar o jarabe de maíz con alto contenido en fructosa.

Diabetes tipo 1

Si la diabetes tipo 2 fuera una enfermedad infecciosa, que se transmite de una persona a otra, los responsables de salud pública dirían que estamos en medio de una epidemia. Esta difícil enfermedad está afectando a un número cada vez mayor de adultos y, con el aumento de las tasas de obesidad infantil, se ha hecho más frecuente en los jóvenes, especialmente entre determinados grupos étnicos (más información sobre la diabetes, incluidos los demás tipos y factores de riesgo).

  Diabetes mellitus tipo 2 y obesidad

La buena noticia es que la prediabetes y la diabetes de tipo 2 pueden prevenirse en gran medida. Alrededor de 9 de cada 10 casos en EE.UU. pueden evitarse con cambios en el estilo de vida. Estos mismos cambios también pueden reducir las probabilidades de padecer cardiopatías y algunos tipos de cáncer. La clave de la prevención se resume en cinco palabras: Mantente delgado y activo.

¿Y si ya tengo diabetes? Las pautas para prevenir o reducir el riesgo de desarrollar diabetes de tipo 2 también son adecuadas si ya se le ha diagnosticado diabetes. Conseguir un peso saludable, seguir una dieta equilibrada con control de carbohidratos y hacer ejercicio con regularidad ayudan a mejorar el control de la glucemia. Si está tomando insulina, puede necesitar más o menos hidratos de carbono en una comida o tentempié para garantizar un intervalo saludable de glucosa en sangre. También puede haber necesidades dietéticas especiales para hacer ejercicio, como llevar un tentempié para que la glucemia no baje demasiado. Para obtener orientación específica sobre situaciones como éstas, consulte a su equipo de diabetología, que es el mejor recurso para controlar su tipo de diabetes.

Asociación Americana de Diabetes

Antes de desarrollar diabetes de tipo 2, la mayoría de las personas tienen prediabetes; su glucemia es más alta de lo normal, pero aún no lo suficientemente alta como para que se les diagnostique diabetes. La prediabetes es muy común: 96 millones de adultos estadounidenses la padecen, aunque más del 80% de ellos no lo saben. La buena noticia es que la prediabetes puede revertirse.

¿Todavía no está preparado para apuntarse a un programa de cambio de estilo de vida o está esperando a que empiecen las clases? Empiece con En camino hacia la prevención de la diabetes tipo 2, una guía práctica para dar pequeños pasos que se suman a un estilo de vida saludable que puede mantener.

  Diabetes tipo 1 se puede prevenir

No hace mucho, era casi inaudito que los niños pequeños o los adolescentes padecieran diabetes de tipo 2. Ahora, alrededor de un tercio de la población estadounidense padece diabetes de tipo 2. Ahora, aproximadamente un tercio de los jóvenes estadounidenses tienen sobrepeso, lo que está directamente relacionado con el aumento de niños que padecen diabetes de tipo 2, algunos de tan sólo 10 años.

Los padres tienen el poder de hacer cambios saludables que den a los niños la mejor oportunidad de prevenir la diabetes de tipo 2. Y cuando toda la familia hace cambios juntos, la diabetes de tipo 2 es más fácil de prevenir. Y cuando toda la familia hace cambios juntos, es más fácil crear hábitos saludables que se mantengan. Empiece con estos sencillos pero eficaces consejos para comer sano y mantenerse activo en familia.

Tratamiento de la diabetes

La diabetes es una enfermedad muy común pero grave. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), más de 34 millones de estadounidenses la padecen, y aproximadamente el 90-95% de ellos tienen diabetes de tipo 2. Alrededor de 88 millones de personas padecen prediabetes, precursora de la diabetes de tipo 2.

La diabetes de tipo 2 no tiene cura. Pero es posible revertir la enfermedad hasta un punto en el que no se necesite medicación para controlarla y el organismo no sufra los efectos nocivos de unos niveles de azúcar en sangre demasiado elevados.

Los cambios positivos en el estilo de vida, como seguir una dieta equilibrada, hacer ejercicio con regularidad y conseguir un peso saludable (y mantenerlo), son la clave para revertir o controlar la diabetes de tipo 2. También pueden ayudar otros cambios en el estilo de vida, como el ejercicio físico. Otros cambios en el estilo de vida también pueden ayudar, como no fumar, dormir lo suficiente, limitar el consumo de alcohol y controlar el estrés. Sin embargo, para algunas personas esto sigue siendo insuficiente y necesitan medicación para controlar la enfermedad.

  Inyecciones para diabetes tipo 2

El cambio que más puede influir en la capacidad de controlar o revertir la diabetes de tipo 2 está relacionado con la dieta. Reduzca la cantidad de azúcar y carbohidratos simples que come y bebe. Coma sobre todo proteínas magras (aves, pescado, lácteos bajos en grasa, soja y legumbres), una variedad de verduras y frutas, cereales integrales (arroz integral, avena, quinoa, cebada) y grasas saludables (frutos secos, aguacates, aceites vegetales). Una forma sencilla de hacer las comidas más sanas es llenar la mitad del plato con verduras o fruta. Después, añade cereales integrales a un cuarto del plato y carne magra al otro cuarto.

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