Causas de la diabetes infantil

Diabetes infantil de tipo 2

Hasta hace poco, los niños pequeños y los adolescentes casi nunca padecían diabetes de tipo 2, por lo que solía denominarse diabetes de inicio en la edad adulta. Ahora, aproximadamente un tercio de los jóvenes estadounidenses tienen sobrepeso, un problema estrechamente relacionado con el aumento de niños con diabetes de tipo 2, algunos de tan sólo 10 años.

La insulina es una hormona fabricada por el páncreas que actúa como una llave para que el azúcar de la sangre entre en las células y se utilice como energía. Debido a factores hereditarios (rasgos heredados de familiares) o al estilo de vida (comer demasiado y moverse poco), las células pueden dejar de responder normalmente a la insulina. Esto hace que el páncreas produzca más insulina para intentar que las células respondan y absorban el azúcar de la sangre.

Mientras se produce suficiente insulina, los niveles de azúcar en sangre se mantienen normales. Esto puede durar varios años, pero al final el páncreas no da abasto. El azúcar en sangre empieza a subir, primero después de las comidas y luego todo el tiempo. Ahora ya está preparado el escenario para la diabetes de tipo 2.

La resistencia a la insulina no suele presentar síntomas, aunque algunos niños desarrollan manchas de piel engrosada, oscura y aterciopelada, denominadas acantosis nigricans, normalmente en pliegues corporales como la nuca o las axilas. También pueden padecer otras afecciones relacionadas con la resistencia a la insulina:

¿Puede un niño contraer diabetes por comer demasiado azúcar?

R: Es posible. Como ocurre con todo, un exceso de azúcar durante la infancia puede provocar antojos poco saludables cuando los niños crecen. En exceso, el azúcar puede provocar obesidad, lo que pone al niño en riesgo de desarrollar hipertensión, niveles elevados de colesterol y diabetes de tipo 2 (cuando la respuesta del organismo a la insulina no está regulada).

  Que causa la diabetes

¿La diabetes juvenil está causada por la dieta?

Un factor desencadenante en el entorno, como un virus, también puede influir en el desarrollo de la diabetes tipo 1. La dieta y los hábitos de vida no causan diabetes de tipo 1.

Comportamiento de los niños con diabetes tipo 1

Después de comer, los hidratos de carbono de los alimentos se descomponen en glucosa. Cuando la glucosa entra en el torrente sanguíneo, aumentan los niveles de azúcar en sangre. Cuando esto ocurre, el páncreas envía insulina a la sangre. La insulina ayuda a abrir las células de todo el cuerpo para que entre la glucosa, proporcionando a las células la energía que necesitan.

En la diabetes de tipo 2, el páncreas produce insulina, pero las células no responden a ella como deberían. Esto se denomina resistencia a la insulina. Cuando la glucosa no puede entrar en las células, el nivel de azúcar en sangre aumenta. Entonces, el páncreas trabaja más para producir aún más insulina. Al principio, la insulina extra mantiene el azúcar dentro de los valores normales. Pero con el tiempo, el páncreas no da abasto y los niveles de azúcar en sangre se mantienen altos. Cuando los niveles de azúcar en sangre se mantienen altos, la persona puede padecer diabetes de tipo 2.

Muchas personas con resistencia a la insulina tienen manchas oscuras en la piel, sobre todo en los pliegues cutáneos como los del cuello o las axilas. Esto se denomina acantosis nigricans, o simplemente acantosis, y suele ser un signo precoz de que una persona puede desarrollar diabetes de tipo 2.

Signos de diabetes en niños de 3 años

La diabetes de tipo 1 puede aparecer de forma repentina o gradual en niños y adolescentes, y los padres suelen hacer caso omiso de síntomas individuales o pasar por alto patrones que apuntan a un posible diagnóstico de diabetes. Pero si la diabetes es la culpable, cuanto antes se diagnostique, mejor. Si no se trata, la diabetes puede provocar complicaciones graves o la muerte.

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La diabetes de tipo 1 es una enfermedad autoinmune en la que el sistema inmunitario del organismo se confunde y ataca y mata las células del páncreas que producen insulina. Sin insulina, el cuerpo no puede procesar la glucosa (azúcar) de forma eficaz. Las células ya no pueden absorber la glucosa y utilizarla como fuente de energía. En su lugar, la glucosa se acumula en la sangre.

Cuando los niveles de azúcar en sangre se mantienen elevados durante mucho tiempo, pueden producirse complicaciones graves, como lesiones nerviosas, infarto de miocardio o ictus, entre otras. Por eso es fundamental identificar precozmente la diabetes de tipo 1.

Sólo un 5% de los diabéticos padecen diabetes de tipo 1. Se trata de una enfermedad hereditaria. Se trata de una afección hereditaria, por lo que tener antecedentes familiares de la enfermedad -especialmente un progenitor o hermano diagnosticado- aumenta el riesgo de que un niño desarrolle la enfermedad. Los científicos también creen que la respuesta autoinmune que caracteriza al tipo 1 podría estar desencadenada por algo del entorno, incluso un virus.

Esperanza de vida infantil con diabetes tipo 1

Los diabéticos de tipo 1 no pueden utilizar la glucosa (el principal tipo de azúcar del cuerpo) como fuente de energía. Esto se debe a que su organismo ha dejado de producir la hormona insulina. Normalmente, después de comer, aumenta la cantidad de glucosa en la sangre (azúcar en sangre). Cuando esto ocurre, el páncreas envía insulina a la sangre. La insulina funciona como una llave que abre las puertas de las células del cuerpo para dejar entrar la glucosa, proporcionando a las células la energía que necesitan.

  Las causas de la diabetes

En la diabetes tipo 1, el páncreas no produce insulina. Sin insulina, la glucosa no puede entrar en las células. Permanece en la sangre, lo que provoca un nivel elevado de azúcar en sangre. Tener demasiada azúcar en la sangre no es saludable y puede causar problemas. Algunos problemas aparecen rápidamente y requieren tratamiento inmediato, mientras que otros se desarrollan con el tiempo y aparecen más tarde.

Nadie sabe con certeza por qué algunas personas contraen diabetes de tipo 1. Los médicos y los científicos creen que el origen de la diabetes está en el organismo. Los médicos y los científicos creen que los genes de una persona la hacen más propensa a padecerla. Pero probablemente no basta con tener los genes de la diabetes. Es probable que tenga que ocurrir algo más. Los científicos están estudiando si otras cosas -como algunas infecciones víricas, el peso de una persona al nacer o su dieta- pueden hacer que alguien que ya tiene los genes de la diabetes tipo 1 tenga más probabilidades de padecerla.

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