Diabetes y problemas mentales

Frustración por la diabetes

Si usted o alguien que usted conoce está en crisis y necesita ayuda inmediata, llame a la Línea Nacional de Prevención del Suicidio al 1-800-273-8255, o pruebe la línea de texto de crisis 24/7 enviando MN al 741741 (los textos y las llamadas son gratis).

Las personas con diabetes corren un mayor riesgo de desarrollar trastornos mentales que pueden dificultar el control de la diabetes. Vivir con diabetes también puede aumentar el estrés cotidiano y repercutir en la salud mental y el bienestar. Esto puede variar en función del trastorno mental y de la experiencia diabética y los retos vitales de cada persona.

La responsabilidad diaria de controlar la diabetes también puede contribuir a las afecciones mentales o a sentirse abrumado, deprimido o ansioso. Las personas pueden dejar de cuidar de sí mismas, como saltarse citas, omitir dosis de medicación o evitar controles de glucemia. El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) calcula que, en un periodo de 18 meses, entre un tercio y la mitad de los diabéticos experimentan algún tipo de angustia relacionada con la diabetes.1

Angustia por diabetes

El diagnóstico de diabetes puede cambiarle la vida. Tanto si se trata de diabetes de tipo 1, en la que el cuerpo no produce nada de insulina, como de diabetes de tipo 2, en la que el páncreas produce algo de insulina pero no lo suficiente, puede suponer cambios en su estilo de vida para los que quizá no esté preparado, y también puede ser duro para las relaciones con amigos o familiares. A medida que se establece una nueva rutina es importante establecer buenos hábitos en la gestión de su salud mental. Un control adecuado de la diabetes requiere ser consciente de sus síntomas. Del mismo modo que te inyectas insulina para asegurarte de que tus niveles de glucosa en sangre están donde deben estar, es importante tomar medidas para prevenir las crisis de salud mental siendo consciente de cómo te sientes mental y emocionalmente.

Al igual que cuidar el cuerpo, cuidar la mente es igual de importante para llevar una vida sana. Si no se tratan, los trastornos mentales como la depresión y la ansiedad pueden empeorar la diabetes. Del mismo modo, la diabetes existente puede empeorar los trastornos mentales.

El diagnóstico de diabetes no sólo puede parecer una amenaza para la salud, sino también para el estilo de vida, porque el control de la diabetes implica cambios en la rutina diaria. Es posible que el médico le indique que cambie su dieta y consuma ciertos tipos de alimentos, evite las bebidas azucaradas o restrinja el consumo de alcohol, lo cual puede resultar difícil para cualquier persona, independientemente del diagnóstico de diabetes. Las responsabilidades añadidas, como el seguimiento de la glucosa en sangre y la insulina, pueden ser difíciles de recordar al principio, las citas con el médico pueden causar ausencias del trabajo y los costes de una atención adecuada pueden resultar onerosos. Estos cambios pueden ser emocionalmente agotadores, y es posible que empiece a notar que se siente un poco apagado o que le queda muy poca energía para llevar a cabo tareas importantes para controlar su enfermedad.

Entender la diabetes

El diagnóstico de diabetes puede cambiarle la vida. Tanto si se trata de una diabetes de tipo 1, en la que el cuerpo no produce nada de insulina, como de una diabetes de tipo 2, en la que el páncreas produce algo de insulina pero no lo suficiente, puede suponer cambios en su estilo de vida para los que quizá no esté preparado, y también puede ser duro para las relaciones con amigos o familiares. A medida que se establece una nueva rutina es importante establecer buenos hábitos en la gestión de su salud mental. Un control adecuado de la diabetes requiere ser consciente de sus síntomas. Del mismo modo que te inyectas insulina para asegurarte de que tus niveles de glucosa en sangre están donde deben estar, es importante tomar medidas para prevenir las crisis de salud mental siendo consciente de cómo te sientes mental y emocionalmente.

Al igual que cuidar el cuerpo, cuidar la mente es igual de importante para llevar una vida sana. Si no se tratan, los trastornos mentales como la depresión y la ansiedad pueden empeorar la diabetes. Del mismo modo, la diabetes existente puede empeorar los trastornos mentales.

El diagnóstico de diabetes no sólo puede parecer una amenaza para la salud, sino también para el estilo de vida, porque el control de la diabetes implica cambios en la rutina diaria. Es posible que el médico le indique que cambie su dieta y consuma ciertos tipos de alimentos, evite las bebidas azucaradas o restrinja el consumo de alcohol, lo cual puede resultar difícil para cualquier persona, independientemente del diagnóstico de diabetes. Las responsabilidades añadidas, como el seguimiento de la glucosa en sangre y la insulina, pueden ser difíciles de recordar al principio, las citas con el médico pueden causar ausencias del trabajo y los costes de una atención adecuada pueden resultar onerosos. Estos cambios pueden ser emocionalmente agotadores, y es posible que empiece a notar que se siente un poco apagado o que le queda muy poca energía para llevar a cabo tareas importantes para controlar su enfermedad.

Furia diabética

José A. Luchsinger, MD, es profesor de medicina y epidemiología en el Centro Médico Irving de la Universidad de Columbia, Nueva York. Como experto en envejecimiento y cognición, comparte sus ideas sobre la relación entre diabetes y deterioro cognitivo, y sobre cómo los profesionales sanitarios pueden adaptar el tratamiento a los pacientes con problemas cognitivos.

R: El deterioro cognitivo es una disminución de las capacidades cognitivas habituales. Hay distintos tipos. El que más preocupa a la gente es el olvido, es decir, la incapacidad para recordar acontecimientos o aprender cosas. Otros tipos de deterioro cognitivo no están relacionados con la memoria o pueden coexistir con problemas de memoria. Entre ellos se encuentran los problemas de atención y de función ejecutiva, es decir, la capacidad para iniciar, realizar y terminar una tarea compleja.

Cuando estos problemas son leves y no afectan a la capacidad de una persona para desenvolverse por sí misma, se denominan deterioro cognitivo leve. Cuando el deterioro cognitivo es tan grave que afecta a la capacidad de las personas para vivir de forma independiente -lo que significa que necesitan ayuda para recordar cosas, llevar un registro de las cosas o realizar actividades de la vida diaria-, entonces lo llamamos demencia.