Tratamiento de diabetes mellitus tipo 2

Síntomas de la diabetes tipo 2

DiagnósticoLa diabetes de tipo 2 suele diagnosticarse mediante la prueba de hemoglobina glicosilada (A1C). Este análisis de sangre indica el nivel medio de azúcar en sangre de los últimos dos o tres meses. Los resultados se interpretan de la siguiente manera:

Prueba de azúcar en sangre aleatoria. Los valores de azúcar en sangre se expresan en miligramos de azúcar por decilitro (mg/dL) o milimoles de azúcar por litro (mmol/L) de sangre. Independientemente de cuándo haya comido por última vez, un nivel de 200 mg/dL (11,1 mmol/L) o superior sugiere la existencia de diabetes, especialmente si también presenta signos y síntomas de diabetes, como micción frecuente y sed extrema.

Prueba de tolerancia a la glucosa oral. Esta prueba se utiliza menos que las otras, excepto durante el embarazo. Tendrás que pasar la noche en ayunas y luego beber un líquido azucarado en la consulta del médico. Los niveles de azúcar en sangre se analizan periódicamente durante las dos horas siguientes. Los resultados se interpretan de la siguiente manera:

Tras el diagnósticoSi le diagnostican diabetes, su médico o profesional sanitario puede realizar otras pruebas para distinguir entre la diabetes de tipo 1 y la de tipo 2, ya que ambas afecciones suelen requerir tratamientos diferentes.

Tratamiento de la diabetes tipo 2

La educación diabetológica que recibe el paciente por parte de personal sanitario cualificado es esencial para alcanzar los objetivos terapéuticos. Por ejemplo, el autocontrol de la glucemia capilar informa al paciente sobre el momento del día en que el control glucémico es peor y ayuda a identificar las hipoglucemias no detectadas. Por lo tanto, los autocontroles son fundamentales para realizar modificaciones oportunas en la terapia. Además, el paciente que sabe cómo modificar el tratamiento en función de las mediciones de la glucemia capilar y ha recibido consejos sobre cómo manejar diversas situaciones, como la hipoglucemia o la descompensación hiperglucémico-cetótica, requerirá menos ingresos hospitalarios y tendrá una mejor calidad de vida. TRATAMIENTO DE LA DIABETES MELLITUS TIPO 2. PRINCIPIOS GENERALES Y ENFOQUE TERAPÉUTICO La dieta -que generalmente debe ser hipocalórica por la frecuencia de la obesidad asociada- y un programa de ejercicio regular son la base del tratamiento de la diabetes mellitus tipo 2. Cuando no se consigue un control metabólico aceptable, ya sea porque el paciente no se adapta a los cambios de estilo de vida o porque, a pesar de cumplir la dieta y hacer ejercicio regularmente, no se alcanzan los objetivos terapéuticos, debe iniciarse el tratamiento farmacológico. La figura 1 muestra un esquema del enfoque terapéutico de la diabetes mellitus de tipo 2.

  Efectos secundarios diabetes tipo 2

La diabetes tipo 2 explicada

La diabetes de tipo 2, antes conocida como diabetes de inicio en la edad adulta, es una forma de diabetes mellitus que se caracteriza por un alto nivel de azúcar en la sangre, resistencia a la insulina y una relativa falta de insulina.[6] Entre los síntomas más comunes se encuentran el aumento de la sed, la micción frecuente y la pérdida de peso inexplicable.[3] Los síntomas también pueden incluir el aumento del hambre, la sensación de cansancio y las llagas que no se curan. [A menudo, los síntomas aparecen lentamente[6]. Las complicaciones a largo plazo de la hiperglucemia incluyen enfermedades cardíacas, derrames cerebrales, retinopatía diabética que puede provocar ceguera, insuficiencia renal y un flujo sanguíneo deficiente en las extremidades que puede provocar amputaciones[1]. La aparición repentina de un estado hiperglucémico hiperosmolar puede producirse; sin embargo, la cetoacidosis es poco común[4][5].

  Información de diabetes tipo 2

La diabetes de tipo 2 constituye aproximadamente el 90% de los casos de diabetes, mientras que el 10% restante se debe principalmente a la diabetes de tipo 1 y a la diabetes gestacional[1]. En la diabetes de tipo 1 existe un nivel total de insulina más bajo para controlar la glucosa en sangre, debido a una pérdida inducida de forma autoinmune de las células beta productoras de insulina en el páncreas[12][13] El diagnóstico de la diabetes se realiza mediante análisis de sangre como la glucosa plasmática en ayunas, la prueba de tolerancia a la glucosa oral o la hemoglobina glicosilada (A1C)[3].

Prevalencia de la diabetes tipo 2

La diabetes de tipo 2 se desarrolla cuando el cuerpo no utiliza la insulina de forma eficiente y pierde gradualmente la capacidad de producir suficiente insulina. La insulina es una hormona que controla la cantidad de glucosa en la sangre. La insulina ayuda a que la glucosa producida por la digestión de los hidratos de carbono pase de la sangre a las células del cuerpo, donde puede utilizarse como energía.

En la diabetes de tipo 2, las células del cuerpo no responden eficazmente a la insulina. Esto se conoce como resistencia a la insulina. Hace que la glucosa permanezca en la sangre, lo que provoca un nivel de glucosa en sangre superior al normal (conocido como hiperglucemia).

  Fruta y diabetes tipo 2

En la diabetes de tipo 2, el organismo puede producir suficiente insulina al principio de la enfermedad, pero no responde a ella de forma eficaz. A medida que la diabetes de tipo 2 avanza, el páncreas pierde gradualmente la capacidad de producir suficiente insulina. La diabetes de tipo 2 está asociada a factores hereditarios y a factores de riesgo relacionados con el estilo de vida, como el sobrepeso o la obesidad, una dieta inadecuada y una actividad física insuficiente.

La prediabetes significa que los niveles de azúcar en sangre son más altos de lo normal, pero no lo suficientemente altos como para llegar a un diagnóstico de diabetes de tipo 2. Sin cambios en el estilo de vida, una persona con prediabetes corre un alto riesgo de desarrollar diabetes de tipo 2.

Subir