Sintomas diabetes gatos

Síntomas de la enfermedad renal del gato

La diabetes mellitus es una enfermedad en la que el organismo no puede producir o responder adecuadamente a la hormona insulina. Esto provoca niveles elevados de glucosa en la sangre, que es la principal fuente de energía del organismo.

Al igual que el cuerpo humano, las células del organismo de un gato necesitan azúcar en forma de glucosa para obtener energía. Sin embargo, la glucosa en la sangre necesita insulina, una hormona producida por el páncreas, para "abrir" la puerta de las células. La insulina se adhiere a las células y les indica cuándo es el momento adecuado para absorber la glucosa. Al absorber la glucosa, las células de los depósitos de grasa, el hígado y los músculos obtienen combustible vital al tiempo que disminuyen los niveles de glucosa en sangre.

En la diabetes de tipo I, las concentraciones de glucosa en sangre son elevadas debido a una disminución de la producción de insulina. En la diabetes de tipo II, las concentraciones de glucosa son elevadas porque las células del organismo no responden adecuadamente a la insulina. Tanto en la diabetes de tipo I como en la de tipo II, las células no pueden acceder a los nutrientes que necesitan aunque haya mucho azúcar en la sangre, porque la insulina no puede transportar el azúcar del torrente sanguíneo a las células que lo necesitan.

¿Qué le ocurre a un gato con diabetes no tratada?

Si no se trata, esta enfermedad debilita cada vez más las patas de los gatos y, con el tiempo, provoca desnutrición, cetoacidosis y la muerte. El diagnóstico precoz y el tratamiento por un veterinario cualificado no sólo pueden ayudar a prevenir el daño nervioso, sino que en algunos casos incluso conducen a la remisión, de modo que el gato ya no necesita insulina inyectada.

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¿Qué puede desencadenar la diabetes en los gatos?

Los factores de riesgo más importantes identificados para el desarrollo de diabetes en gatos incluyen la obesidad, el aumento de la edad, la inactividad física, el sexo masculino y el uso de glucocorticoides (esteroides) para tratar otras enfermedades como el asma felina.

¿Cuánto tiempo pueden vivir los gatos con diabetes?

Los gatos que reciben un tratamiento eficaz para la diabetes pueden vivir durante periodos muy prolongados tras el diagnóstico. La duración media de la vida tras el diagnóstico varía en función del estudio que se examine; sin embargo, algunos estudios indican una duración media de hasta tres años.

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En un gato diabético, el páncreas no produce suficiente insulina o el organismo no responde a ella adecuadamente. Una vez que la glucosa se absorbe en el torrente sanguíneo, es incapaz de llegar a las células del organismo, lo que da lugar a niveles elevados de glucosa circulando por el cuerpo. Como la glucosa no se puede utilizar, se recurre a otras sustancias, como la grasa o las proteínas musculares, para obtener energía. Si la diabetes no se trata, el proceso creará subproductos y hará que el gato enferme gravemente.

Para diagnosticar la diabetes, su veterinario querrá tomar muestras de sangre y orina de su gato para evaluar los niveles de glucosa. No se le permitirá ingerir ningún alimento durante varias horas antes de realizar el análisis de sangre. Es posible que el veterinario también quiera controlar el peso corporal del gato.

Hipertiroidismo gato

Cuando un gato es diabético, significa que tiene demasiada glucosa (azúcar) circulante en el torrente sanguíneo porque su organismo es incapaz de producir insulina (diabetes de tipo 1) o porque sus células no responden a la insulina (diabetes de tipo 2). La diabetes de tipo 2 es la forma más común en los gatos.

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La insulina es una hormona que permite a las células captar la glucosa del torrente sanguíneo y almacenarla de diversas formas. Cuando no hay suficiente insulina o el organismo no responde a la insulina, queda demasiada glucosa en el torrente sanguíneo. Cuando la glucosa está en niveles normales en el torrente sanguíneo, los riñones son capaces de reabsorberla, por lo que no se encuentra glucosa en la orina. En un animal diabético, los riñones no son capaces de reabsorber toda la glucosa sobrante y ésta se vierte en la orina. La glucosa en la orina arrastra más líquido con ella, por lo que el gato produce más orina, lo que provoca la pérdida de líquido y crea sed en el gato.

El signo más común de la diabetes es un aumento de la sed y de la orina. Otros signos comunes son el aumento del apetito y la pérdida de peso. El aumento del apetito es especialmente cierto en las primeras fases de la enfermedad. Las células del gato no son capaces de utilizar la glucosa en circulación, por lo que envían señales al cerebro que crean un aumento del hambre. A medida que la enfermedad progresa, muchos gatos pierden realmente el apetito debido a una serie de efectos secundarios en el organismo.

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La diabetes mellitus (más conocida simplemente como "diabetes") es una afección en la que existe una deficiencia de insulina producida de forma natural en el organismo. Puede tratarse de una "deficiencia absoluta" (no se produce suficiente insulina), de una "deficiencia relativa" (el organismo no responde adecuadamente a la insulina disponible) o de una combinación de ambas. La insulina es vital para mantener los niveles de azúcar en sangre dentro de los límites aceptables, y también es fundamental para facilitar que las células del cuerpo utilicen el azúcar en sangre (glucosa) como fuente de energía. La falta de insulina hace que la glucosa se eleve peligrosamente en el torrente sanguíneo, lo que provoca que se pierda en la orina. Un nivel alto de azúcar en sangre combinado con glucosa en la orina son los signos cardinales de la diabetes.

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La diabetes puede dividirse en muchos tipos, siendo los dos más comunes el tipo I y el tipo II. Los gatos padecen casi exclusivamente diabetes de tipo II, que se caracteriza por una reducción de la respuesta del organismo a la insulina (denominada resistencia a la insulina), a menudo junto con una cantidad inadecuada de insulina producida.

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