Diabetes en perros viejos

Esperanza de vida de los perros sénior diabéticos

La diabetes es más común en mascotas mayores, pero también puede darse en mascotas más jóvenes o preñadas. La enfermedad es más manejable si se detecta a tiempo y se controla con la ayuda de su veterinario. La buena noticia es que, con un seguimiento, tratamiento, dieta y ejercicio adecuados, las mascotas diabéticas pueden tener una vida larga y feliz.

La diabetes mellitus, o diabetes, es una afección que se produce cuando el organismo no puede utilizar la glucosa (un tipo de azúcar) con normalidad. La glucosa es la principal fuente de energía de las células del organismo. Los niveles de glucosa en la sangre están controlados principalmente por una hormona llamada insulina, producida por el páncreas.

Cuando los alimentos pasan por los intestinos durante la digestión, los azúcares son uno de los nutrientes que se absorben de los alimentos. Los azúcares se transportan a las células que recubren los intestinos y se convierten en azúcares simples (incluida la glucosa). A continuación, los azúcares simples se absorben en el torrente sanguíneo para su circulación y distribución a los tejidos y células de todo el organismo. La insulina es necesaria para transferir la glucosa del torrente sanguíneo a las células. Si no hay suficiente insulina o el organismo es incapaz de utilizarla, la glucosa se acumula en niveles elevados en la sangre, una situación denominada hiperglucemia. Cuando la glucemia alcanza un determinado nivel, la glucosa se desborda por la orina (lo que se denomina glucosuria) y arrastra consigo grandes volúmenes de agua. Por eso las mascotas diabéticas suelen beber más agua y orinar con más frecuencia y en mayores cantidades.

  Perros detectan diabetes

Síntomas de la diabetes en perros viejos

Enterarse de que su perro tiene diabetes puede parecerle un puñetazo en las tripas. Hasta un 1% de todos los perros pueden desarrollar diabetes a lo largo de su vida. Aunque se trata de un diagnóstico grave, las opciones de tratamiento y las estrategias de control pueden proporcionar a su perro una vida larga y de calidad.

Como ocurre con muchos otros problemas de salud canina, el diagnóstico precoz es clave para que su perro tenga una vida plena. Si se detecta a tiempo, se inicia el tratamiento de inmediato y se realiza un seguimiento cuidadoso, muchos perros con diabetes viven una vida plena y activa. La batalla será más difícil con los perros que tienen estos problemas:

Una vez diagnosticada definitivamente la diabetes a su perro, el tratamiento con insulina será el punto de partida. Los perros enfermos pueden necesitar hospitalización y comenzar con inyecciones de insulina de acción rápida. La mayoría de los perros se encontrarán relativamente bien y podrán iniciar el tratamiento en casa bajo la orientación del veterinario.

Es esencial personalizar el tratamiento de los diabéticos. Cada perro puede responder a un tipo de insulina pero no a otro. Algunos perros se vuelven resistentes a un determinado tipo con el tiempo y necesitan cambiar. Las dosis pueden variar mucho de un perro a otro, así como el momento de administrarlas. Normalmente, los perros empiezan con inyecciones de insulina dos veces al día, alrededor de la hora de comer. Pero prepárese para la experimentación necesaria para encontrar el protocolo ideal para cada perro.

  Diabetes insipida en perros

Diabetes insípida canina

La diabetes canina es una enfermedad que puede controlarse si se detecta a tiempo y se trata. Sin embargo, puede llegar un momento en que tengamos que tomar la difícil decisión de sacrificar a nuestro perro debido a su sufrimiento por la diabetes. Aquí están algunas cosas a considerar si su hallazgo su perro en las etapas finales de la diabetes del perro.

Muchos perros que muestran síntomas de la diabetes y son diagnosticados con ella en realidad no mueren de diabetes si se les da el tratamiento adecuado. De hecho, si su perro vive más allá de los primeros 3 a 4 meses de ser diagnosticado y no se deja sin tratamiento, usted y su amigo peludo todavía puede pasar mucho tiempo juntos.

Sin embargo, sin tratamiento o terapia insulínica, los perros que padecen diabetes mellitus corren un alto riesgo de desarrollar complicaciones como la cetoacidosis diabética, que puede provocar un fallo multiorgánico.

En esta afección, los niveles de glucosa se acumulan en el torrente sanguíneo y el hígado del perro produce cuerpos cetónicos que actúan como fuente de combustible porque los niveles de insulina descienden. Cuando los cuerpos cetónicos se descomponen, el cuerpo del perro se vuelve más ácido.

  Razas de perros que detectan la diabetes

El perro diabético más longevo

La diabetes mellitus en perros también se conoce a veces como "diabetes del azúcar", y se sabe que es la más común de los dos tipos. Algunos expertos creen que uno de cada 300 perros puede padecer diabetes mellitus.

En este tipo, conocido como enfermedad endocrina, el páncreas del perro no funciona a pleno rendimiento. Por ello, su pobre perro produce muy poca insulina y tiene dificultades para regular sus niveles de azúcar en sangre. Otras enfermedades, como la de Cushing, en la que el organismo produce demasiadas hormonas esteroideas, también pueden hacer que el cuerpo del perro reaccione de forma anormal a la insulina producida de forma natural.

La diabetes insípida canina es un trastorno de la glándula pituitaria. Esta glándula produce de forma natural una hormona llamada vasopresina (también llamada hormona antidiurética, ADH), que es necesaria para el correcto funcionamiento de los riñones. Cuando un perro padece diabetes insípida, la función de la glándula se ve alterada y puede provocar una reducción de la producción de la hormona. Algunos casos de diabetes insípida en perros se presentan como una resistencia renal a la vasopresina.

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