Ejercicio y diabetes

Ejercicio y diabetes tipo 1

El ejercicio desempeña un papel fundamental en la prevención y el tratamiento de la diabetes. Junto con una dieta y un estilo de vida saludables, el ejercicio puede mejorar significativamente la calidad de vida de una persona con diabetes y ayudar a reducir el riesgo de cualquier complicación de salud asociada a la diabetes.

- Mejor control de la glucemia: el ejercicio puede ayudar al organismo a controlar los niveles de glucemia. En primer lugar, la glucosa es absorbida por los músculos que se contraen durante la actividad física. En segundo lugar, con el ejercicio regular, el cuerpo crea más "lugares de depósito" en el músculo donde la glucosa puede entrar y almacenarse. - Menor uso de medicación - Los medicamentos para la diabetes pueden tener efectos secundarios, como un mayor riesgo de episodios de hipoglucemia y aumento de peso. Con un mejor control de la glucemia, el ejercicio puede ayudar a reducir la dependencia de los medicamentos para controlar la diabetes. - Reducción del riesgo de evolucionar a una diabetes insulinodependiente: en los pacientes con diabetes de tipo 2, el páncreas se desgasta con el tiempo y deja de producir insulina. En la mayoría de los pacientes, esto ocurrirá entre cinco y diez años después del diagnóstico. Aproximadamente la mitad de los diabéticos de tipo 2 empezarán a utilizar insulina a los diez años del diagnóstico. Cuando esto ocurre, los pacientes necesitan empezar a inyectarse insulina para reponer la que el cuerpo no es capaz de producir. - Menor riesgo de complicaciones relacionadas con la diabetes - Menor riesgo de padecer afecciones relacionadas con la diabetes que se asocian a niveles elevados de glucosa en sangre, como problemas oculares, enfermedades renales y úlceras en los pies.

  Ejercicio en diabetes

¿El ejercicio reduce la diabetes?

Dieta y ejercicio

La pérdida de peso derivada de una alimentación sana y un aumento de la actividad física permite a las células musculares utilizar la insulina y la glucosa con mayor eficacia, lo que reduce el riesgo de diabetes. La falta de ejercicio puede hacer que las células musculares pierdan su sensibilidad a la insulina, que controla los niveles de azúcar en la sangre.

¿Qué ejercicio es mejor para los diabéticos?

Caminar - Como cualquiera puede hacerlo casi en cualquier sitio, caminar es el ejercicio más popular y muy recomendable para las personas con diabetes. Dedicar 30 minutos a caminar a paso ligero, cinco veces cada semana, es una forma estupenda de aumentar la actividad física.

¿Cuándo deben evitar el ejercicio los diabéticos?

El American Council on Exercise recomienda evitar hacer ejercicio si los niveles de glucosa son de 250 miligramos por decilitro (mg/dL) o superiores y hay cetosis, o superiores a 300 mg/dL sin cetosis.

Qué ejercicios deben evitar los diabéticos

El ejercicio es una forma de actividad física que se realiza con la intensidad suficiente para mejorar la forma física. El entrenamiento de resistencia, caminar a paso ligero, montar en bicicleta y correr son ejemplos de ejercicio. Como el ejercicio supone un reto mayor que la mera acumulación de actividad física a lo largo del día, suele requerir cierta planificación, un cierto nivel de habilidad y un poco más de esfuerzo.

Cuando empiece su programa de ejercicio y siga desarrollándolo, asegúrese de no pasar más de dos días consecutivos sin hacer ejercicio. Si puede y cuando esté preparado, intente añadir ejercicios de resistencia como levantar pesas 2-3 veces por semana.

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Diabetes de tipo 2 y precauciones con el ejercicio

Antecedentes El beneficio del ejercicio en la prevención y el tratamiento de la diabetes tipo 2 (DMT2) tiene una sólida base empírica, por lo que es importante garantizar que el ejercicio forme parte del plan de tratamiento de cada paciente.

Objetivo Este artículo revisa la evidencia sobre el ejercicio en la DMT2 y los factores que afectan a la disposición de un paciente a comenzar y mantener suficiente ejercicio para obtener beneficios. El artículo ofrece consejos sobre cómo prescribir de forma segura y eficaz la "medicina" del ejercicio para todos, incluso para los pacientes más frágiles; a quién estabilizar antes de comenzar un programa de ejercicio; y cómo utilizar las habilidades de un fisiólogo del ejercicio acreditado (FEA) para ofrecer la mejor "prescripción" posible.

Debate Los médicos de cabecera y sus equipos, junto con otros profesionales sanitarios como los fisioterapeutas del ejercicio, pueden aumentar la cantidad de medicina del ejercicio que recibe un paciente. Este es el caso de las personas con riesgo de desarrollar T2D, las que padecen T2D y las que presentan las numerosas comorbilidades asociadas a la T2D.

La inactividad física es el cuarto factor de riesgo de mortalidad a nivel mundial.1 Numerosas investigaciones respaldan los beneficios de la actividad física regular para la prevención y el tratamiento de enfermedades crónicas.2,3 Los pacientes que no son lo suficientemente activos cuestan más de cuidar,4 y un informe de 2016 estimó de forma conservadora que la inactividad física costó al sistema de salud australiano más de 800 millones de dólares en 2013.5 Sin embargo, a pesar de la evidencia sustantiva, el 85% de los australianos adultos participan en niveles insuficientes de actividad física para cumplir con las directrices actuales de actividad física y obtener los principales beneficios de la participación,6 incluyendo la prevención de la diabetes tipo 2 (T2D).

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Ejercicio y diabetes tipo 2

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