Resistencia a insulina diabetes tipo 2

Invertir la resistencia a la insulina

ResumenLa obesidad se asocia a un mayor riesgo de desarrollar resistencia a la insulina y diabetes de tipo 2. En los individuos obesos, el tejido adiposo libera mayores cantidades de ácidos grasos no esterificados, glicerol, hormonas, citoquinas proinflamatorias y otros factores que intervienen en el desarrollo de la resistencia a la insulina. Cuando la resistencia a la insulina va acompañada de una disfunción de las células β de los islotes pancreáticos -las células que liberan insulina-, se produce un fracaso en el control de los niveles de glucosa en sangre. Por lo tanto, las anomalías en la función de las células β son fundamentales para definir el riesgo y el desarrollo de la diabetes de tipo 2. Este conocimiento está fomentando la exploración de las bases moleculares y genéticas de la enfermedad y nuevos enfoques para su tratamiento y prevención.

Figura 1: Relación entre la sensibilidad a la insulina y la liberación de insulina en la salud y en la enfermedad.Figura 2: Modelo simplificado que esboza los posibles mecanismos celulares de adaptación de las células β a la resistencia a la insulina.Figura 3: Interacción de los genes y el entorno en individuos que mantienen una tolerancia normal a la glucosa y en aquellos que desarrollan diabetes de tipo 2.Figura 4: Modelo del papel crítico de la alteración de la liberación de insulina en la vinculación de la obesidad con la resistencia a la insulina y la diabetes de tipo 2.

Diabetes insulinorresistente

Las personas con resistencia a la insulina, también conocida como alteración de la sensibilidad a la insulina, han desarrollado una tolerancia a la insulina que hace que la hormona sea menos eficaz. Como consecuencia, se necesita más insulina para persuadir a las células musculares y grasas de que absorban glucosa y al hígado de que siga almacenándola.

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Los científicos empiezan a comprender mejor cómo se desarrolla la resistencia a la insulina. Para empezar, se han identificado varios genes que hacen que una persona sea más o menos propensa a desarrollar esta afección. También se sabe que las personas mayores son más propensas a la resistencia a la insulina. El estilo de vida también puede influir. El sedentarismo, el sobrepeso o la obesidad aumentan el riesgo de resistencia a la insulina. ¿Por qué? No está claro, pero algunos investigadores teorizan que el tejido adiposo extra puede causar inflamación, estrés fisiológico u otros cambios en las células que contribuyen a la resistencia a la insulina. Incluso puede haber algún factor no descubierto producido por el tejido adiposo, quizá una hormona, que indique al organismo que se vuelva resistente a la insulina.

Aunque luchar contra un enemigo invisible puede resultar frustrante y desalentador, sepa que no está solo. Existen tácticas eficaces para combatir la resistencia a la insulina. Perder peso, hacer más ejercicio o tomar un medicamento sensibilizador a la insulina pueden ayudarle a recuperar un buen control de la glucemia y una mejor salud.

Síntomas de resistencia a la insulina

Las personas con resistencia a la insulina, también conocida como alteración de la sensibilidad a la insulina, han desarrollado tolerancia a la insulina, lo que hace que la hormona sea menos eficaz. En consecuencia, se necesita más insulina para convencer a las células musculares y grasas de que absorban glucosa y al hígado de que siga almacenándola.

Los científicos empiezan a comprender mejor cómo se desarrolla la resistencia a la insulina. Para empezar, se han identificado varios genes que hacen que una persona sea más o menos propensa a desarrollar esta afección. También se sabe que las personas mayores son más propensas a la resistencia a la insulina. El estilo de vida también puede influir. El sedentarismo, el sobrepeso o la obesidad aumentan el riesgo de resistencia a la insulina. ¿Por qué? No está claro, pero algunos investigadores teorizan que el tejido adiposo extra puede causar inflamación, estrés fisiológico u otros cambios en las células que contribuyen a la resistencia a la insulina. Incluso puede haber algún factor no descubierto producido por el tejido adiposo, quizá una hormona, que indique al organismo que se vuelva resistente a la insulina.

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Aunque luchar contra un enemigo invisible puede resultar frustrante y desalentador, sepa que no está solo. Existen tácticas eficaces para combatir la resistencia a la insulina. Perder peso, hacer más ejercicio o tomar un medicamento sensibilizador a la insulina pueden ayudarle a recuperar un buen control de la glucemia y una mejor salud.

Resistencia a la insulina ayuno intermitente

Hola. Soy la Dra. Eleanna De Filippis, endocrinóloga de la Clínica Mayo. En este vídeo, trataremos los conceptos básicos de la resistencia a la insulina. ¿Qué es la resistencia a la insulina? ¿Quién la padece? Los síntomas, el diagnóstico y el tratamiento. Tanto si busca respuestas para usted como para un ser querido, estamos aquí para ofrecerle la mejor información disponible. Para entender la resistencia a la insulina, a menudo denominada prediabetes, hablemos primero de lo que hace la insulina. Cuando se ingieren alimentos, el cuerpo los convierte en azúcares. La insulina es una hormona liberada por el páncreas que indica a las células que se abran a ese azúcar y lo conviertan en energía. Con la resistencia a la insulina, las células no reaccionan y no se abren, lo que provoca un exceso de azúcar en la sangre. Con el tiempo, el páncreas sigue intentando regular el azúcar en sangre, produciendo cada vez más insulina hasta que se agota y ya no puede producir grandes cantidades de insulina. Como resultado, los niveles de azúcar en sangre aumentan hasta el punto de situarse en el rango diabético.

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Muy a menudo, las personas con resistencia a la insulina no presentan ningún síntoma. El médico suele detectarla durante un examen médico anual o un análisis de sangre rutinario. El médico puede detectar algunos signos de resistencia a la insulina. Por ejemplo, una cintura de más de 40 pulgadas en los hombres y de más de 35 pulgadas en las mujeres. Papilomas cutáneos o manchas de piel oscura y aterciopelada denominadas acantosis nigricans. Una lectura de la tensión arterial de 130 sobre 80 o superior. Un nivel de glucosa en ayunas igual o superior a 100 miligramos por decilitro. O un nivel de glucemia igual o superior a 140 miligramos por decilitro dos horas después de una prueba de carga de glucosa. Una A1C comprendida entre el 5,7% y el 6,3%. Un nivel de triglicéridos en ayunas superior a 150 miligramos por decilitro. Y un nivel de colesterol HDL inferior a 40 miligramos por decilitro en los hombres, y un nivel de colesterol HDL inferior a 50 miligramos por decilitro en las mujeres.

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