Diabetes tipo a

Síntomas de la diabetes tipo 1

Los síntomas de la diabetes tipo 1 pueden aparecer rápidamente, en cuestión de semanas. Los síntomas de la diabetes de tipo 2 suelen desarrollarse lentamente -a lo largo de varios años- y pueden ser tan leves que es posible que ni siquiera los note. Muchas personas con diabetes de tipo 2 no presentan síntomas. Algunas personas no descubren que padecen la enfermedad hasta que tienen problemas de salud relacionados con la diabetes, como visión borrosa o problemas cardiacos.

La diabetes de tipo 1 se produce cuando el sistema inmunitario, el sistema del organismo para combatir las infecciones, ataca y destruye las células beta del páncreas, productoras de insulina. Los científicos creen que la diabetes de tipo 1 está causada por genes y factores ambientales, como los virus, que pueden desencadenar la enfermedad. Estudios como TrialNet están trabajando para determinar las causas de la diabetes de tipo 1 y posibles formas de prevenir o ralentizar la enfermedad.

Es más probable desarrollar diabetes de tipo 2 si no se es físicamente activo y se tiene sobrepeso u obesidad. El sobrepeso provoca a veces resistencia a la insulina y es frecuente en las personas con diabetes de tipo 2. La localización de la grasa corporal también influye. El exceso de grasa abdominal está relacionado con la resistencia a la insulina, la diabetes de tipo 2 y las enfermedades cardiovasculares. Para saber si tu peso te pone en riesgo de padecer diabetes de tipo 2, consulta estas tablas de Índice de Masa Corporal (IMC).

Causas de la diabetes tipo 1

La diabetes de tipo 2 se desarrolla cuando el organismo no utiliza la insulina de forma eficaz y pierde gradualmente la capacidad de producir suficiente insulina. La insulina es una hormona que controla la cantidad de glucosa en la sangre. La insulina ayuda a que la glucosa producida por la digestión de los hidratos de carbono pase de la sangre a las células del organismo, donde puede utilizarse como fuente de energía.

  Diabetes tipos y diferencias

En la diabetes de tipo 2, las células del organismo no responden eficazmente a la insulina. Esto se conoce como resistencia a la insulina y provoca que la glucosa permanezca en la sangre, lo que da lugar a un nivel de glucosa en sangre superior al normal (lo que se conoce como hiperglucemia).

En la diabetes de tipo 2, el organismo puede producir suficiente insulina al principio de la enfermedad, pero no responde a ella con eficacia. A medida que la diabetes de tipo 2 progresa, el páncreas pierde gradualmente la capacidad de producir suficiente insulina. La diabetes de tipo 2 está asociada a factores hereditarios y a factores de riesgo relacionados con el estilo de vida, como el sobrepeso o la obesidad, una dieta inadecuada y una actividad física insuficiente.

La prediabetes significa que los niveles de azúcar en sangre son más elevados de lo normal, pero no lo suficiente como para llegar a un diagnóstico de diabetes de tipo 2. Sin cambios en el estilo de vida, una persona con prediabetes corre un alto riesgo de desarrollar diabetes de tipo 2.

Tratamiento de la diabetes tipo 1

La diabetes tipo 1 (T1D), antes conocida como diabetes juvenil, es una enfermedad autoinmune que se origina cuando el sistema inmunitario destruye las células que producen insulina (células beta)[4]. La insulina es una hormona necesaria para que las células utilicen el azúcar de la sangre como fuente de energía y ayuda a regular los niveles de glucosa en el torrente sanguíneo[2]. Antes del tratamiento, esto provoca niveles elevados de azúcar en sangre en el organismo[1]. [1] Los síntomas comunes de este nivel elevado de azúcar en sangre son micción frecuente, aumento de la sed, aumento del hambre, pérdida de peso y otras complicaciones graves[4][10] Otros síntomas pueden ser visión borrosa, cansancio y cicatrización lenta de las heridas[2] Los síntomas suelen desarrollarse en un breve periodo de tiempo, a menudo en cuestión de semanas[1].

  Diagnóstico diabetes tipo 1

Se desconoce la causa de la diabetes tipo 1,[4] pero se cree que implica una combinación de factores genéticos y ambientales[1]. El mecanismo subyacente implica una destrucción autoinmune de las células beta productoras de insulina en el páncreas[2]. La diabetes se diagnostica analizando el nivel de azúcar o hemoglobina glicosilada (HbA1C) en sangre[6][8]. La diabetes tipo 1 puede distinguirse de la tipo 2 analizando la presencia de autoanticuerpos[6].

Diabetes tipo 1

Las personas con diabetes tipo 1 no pueden utilizar la glucosa (el principal tipo de azúcar del cuerpo) como fuente de energía. Esto se debe a que su organismo ha dejado de producir la hormona insulina. Normalmente, después de comer, aumenta la cantidad de glucosa en la sangre (azúcar en sangre). Cuando esto ocurre, el páncreas envía insulina a la sangre. La insulina funciona como una llave que abre las puertas de las células del cuerpo para dejar entrar la glucosa, proporcionando a las células la energía que necesitan.

En la diabetes tipo 1, el páncreas no produce insulina. Sin insulina, la glucosa no puede entrar en las células. Permanece en la sangre, lo que provoca un nivel elevado de azúcar en sangre. Tener demasiada azúcar en la sangre no es saludable y puede causar problemas. Algunos problemas aparecen rápidamente y requieren tratamiento inmediato, mientras que otros se desarrollan con el tiempo y aparecen más tarde.

  Diapositivas de diabetes mellitus tipo 1 y 2

Nadie sabe con certeza por qué algunas personas contraen diabetes de tipo 1. Los médicos y los científicos creen que el origen de la diabetes está en el organismo. Los médicos y los científicos creen que los genes de una persona la hacen más propensa a padecerla. Pero probablemente no basta con tener los genes de la diabetes. Es probable que tenga que ocurrir algo más. Los científicos están estudiando si otras cosas -como algunas infecciones víricas, el peso de una persona al nacer o su dieta- pueden hacer que alguien que ya tiene los genes de la diabetes tipo 1 tenga más probabilidades de padecerla.

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