Diabetes insulino dependiente

Síntomas de la diabetes tipo 1

Importancia de este estudio¿Qué se sabe ya sobre este tema?¿Cuáles son los nuevos hallazgos?¿Cómo podrían estos resultados cambiar el enfoque de la investigación o la práctica clínica?IntroducciónEl equilibrio entre la estimulación y la inhibición inmunitarias es esencial para la homeostasis. En el contexto de una neoplasia maligna, este equilibrio aumenta, lo que permite a los tumores eludir la muerte celular mediada por el sistema inmunitario.1 Recientemente, se han desarrollado anticuerpos monoclonales contra los puntos de control inmunitario, a saber, el antígeno 4 de los linfocitos T citotóxicos (CTLA-4), la proteína 1 de la muerte celular programada (PD-1) o el ligando 1 de la proteína 1 de la muerte celular programada (PD-L1). El CTLA-4 se expresa en los linfocitos T y su función consiste en regular a la baja la proliferación de linfocitos T cuando B7 interviene en una fase temprana de la respuesta inmunitaria, principalmente en los ganglios linfáticos. PD-1 se expresa en las células T activadas, incluidas las células reguladoras T, las células B y las células mieloides. Su función principal es limitar la actividad de las células T en los tejidos periféricos en el momento de una respuesta inflamatoria y limitar la autoinmunidad. En el contexto del cáncer, se une a sus ligandos PD-L1 y PD-L2 expresados en las células tumorales, lo que provoca la inhibición de la señalización positiva mediada por el receptor de células T, lo que conduce a una menor proliferación, una menor secreción de citoquinas y una menor supervivencia de las células T efectoras. La PD-1 también se expresa en las células T reguladoras, donde puede potenciar su proliferación tras unirse a los ligandos. Este efecto combinado suprime la actividad antitumoral intrínseca mediada por el sistema inmunitario.2

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Síntomas de la diabetes tipo 1 de aparición tardía

La diabetes tipo 1 (T1D), antes conocida como diabetes juvenil, es una enfermedad autoinmune que se origina cuando las células que producen insulina (células beta) son destruidas por el sistema inmunitario[4]. La insulina es una hormona necesaria para que las células utilicen el azúcar de la sangre como fuente de energía y ayuda a regular los niveles de glucosa en el torrente sanguíneo[2]. Antes del tratamiento, esto provoca niveles elevados de azúcar en sangre en el organismo[1]. [1] Los síntomas comunes de este nivel elevado de azúcar en sangre son micción frecuente, aumento de la sed, aumento del hambre, pérdida de peso y otras complicaciones graves[4][10] Otros síntomas pueden ser visión borrosa, cansancio y cicatrización lenta de las heridas[2] Los síntomas suelen desarrollarse en un breve periodo de tiempo, a menudo en cuestión de semanas[1].

Se desconoce la causa de la diabetes tipo 1,[4] pero se cree que implica una combinación de factores genéticos y ambientales[1]. El mecanismo subyacente implica una destrucción autoinmune de las células beta productoras de insulina en el páncreas[2]. La diabetes se diagnostica analizando el nivel de azúcar o hemoglobina glicosilada (HbA1C) en sangre[6][8]. La diabetes tipo 1 puede distinguirse de la tipo 2 analizando la presencia de autoanticuerpos[6].

¿Es la diabetes de tipo 2 insulinodependiente?

La diabetes mellitus insulinodependiente (DMID), también conocida como diabetes de tipo 1, suele comenzar antes de los 15 años, pero también puede aparecer en adultos. La diabetes afecta a la glándula del páncreas, situada detrás del estómago (Foto 1). Las células especiales (células beta) del páncreas producen una hormona llamada insulina.

El cuerpo está formado por millones de células. Todas las células necesitan glucosa (azúcar) de los alimentos que ingerimos para obtener energía. Igual que un coche no puede funcionar sin gasolina, el cuerpo no puede funcionar sin glucosa. La insulina es la "llave" que permite que la glucosa entre en las células. Sin esta llave, la glucosa permanece en el torrente sanguíneo y las células no pueden utilizarla como fuente de energía. En su lugar, la glucosa se acumula en la sangre y se vierte en la orina. Cuando una persona desarrolla diabetes de tipo 1, el páncreas deja de producir insulina. Para ayudar a las células del cuerpo a utilizar la glucosa, un niño con diabetes mellitus (DM) de tipo 1 debe recibir insulina mediante inyección.

  Que diferencia hay entre resistencia a la insulina y diabetes

Se desconoce la causa de la diabetes. Algunos expertos creen que la diabetes es hereditaria (se da en familias), pero la genética no se conoce con claridad. La diabetes no siempre es hereditaria. El cuerpo confunde las células que producen insulina con células extrañas. El organismo destruye estas células. Es lo que se denomina un proceso autoinmune. Aunque algo en el entorno puede desencadenar la enfermedad, no se conocen formas de prevenir la diabetes tipo 1 en los niños.

Insulina para la diabetes tipo 1

Más de 37 millones de estadounidenses padecen diabetes (aproximadamente 1 de cada 10), y aproximadamente el 90-95% de ellos tienen diabetes de tipo 2. La diabetes de tipo 2 se desarrolla con mayor frecuencia en personas mayores de 45 años, pero cada vez son más los niños, adolescentes y adultos jóvenes que también la padecen.

La insulina es una hormona producida por el páncreas que actúa como una llave para que el azúcar de la sangre entre en las células del cuerpo y se utilice como energía. Si tiene diabetes de tipo 2, las células no responden normalmente a la insulina, lo que se denomina resistencia a la insulina. El páncreas produce más insulina para intentar que las células respondan. Al final, el páncreas no da abasto y el nivel de azúcar en sangre aumenta, sentando las bases de la prediabetes y la diabetes de tipo 2. El nivel elevado de azúcar en sangre es perjudicial para la salud. Un nivel elevado de azúcar en sangre es perjudicial para el organismo y puede causar otros problemas de salud graves, como cardiopatías, pérdida de visión y enfermedades renales.

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Los síntomas de la diabetes de tipo 2 suelen desarrollarse a lo largo de varios años y pueden pasar desapercibidos durante mucho tiempo (a veces no hay ningún síntoma perceptible). Dado que los síntomas pueden ser difíciles de detectar, es importante conocer los factores de riesgo y acudir al médico para que analice su glucemia si presenta alguno de ellos.

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