Porque la diabetes causa amputaciones

¿Por qué pierden las piernas los diabéticos?

La úlcera del pie diabético es una complicación grave de la diabetes mellitus. Puede conducir a la amputación y la discapacidad. Por eso los médicos se centran ahora tanto en el tratamiento y la conservación de la úlcera del pie diabético para evitar la amputación.

Estadísticas mundiales de la Asociación Americana de Diabetes afirman que una persona pierde una extremidad debido a complicaciones relacionadas con la diabetes cada 30 segundos. Según un informe de Statista de 2019, Alemania tenía la mayor prevalencia de diabetes de Europa entre su población adulta, con un 15,3% que vivía con diabetes. Además, se estima que alrededor del 15% de los siete millones de personas con diabetes mellitus en Alemania padecen el Síndrome del Pie Diabético (SPD). De forma alarmante, los estudios revelan que casi el 50% de los pacientes con síndrome del pie diabético han sufrido amputaciones mayores o menores.

Tener una diabetes no controlada durante mucho tiempo daña los nervios de las piernas. Los nervios dañados provocan una reducción o pérdida de sensibilidad en los pies. Por lo tanto, si se hiere la pierna de alguna manera, es posible que no lo sienta hasta que sea demasiado tarde.

¿Cuáles son las causas de las amputaciones en los diabéticos?

Entre los factores que conducen a un mayor riesgo de amputación se incluyen: Niveles elevados de azúcar en sangre. El tabaquismo. Daños nerviosos en los pies (neuropatía periférica).

¿Por qué afecta la diabetes a las piernas?

Un nivel elevado de azúcar (glucosa) en sangre puede lesionar los nervios de todo el cuerpo. La neuropatía diabética suele dañar los nervios de las piernas y los pies. Dependiendo de los nervios afectados, los síntomas de la neuropatía diabética incluyen dolor y entumecimiento en piernas, pies y manos.

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Qué porcentaje de diabéticos de tipo 2 sufren amputaciones

Según la Asociación Americana de Diabetes, aunque el número de amputaciones se ha reducido a la mitad en los últimos 20 años, todavía se producen 73.000 amputaciones anuales en adultos con diabetes. Las úlceras en los pies son en gran medida la causa última. Las úlceras aparecen en el 15% de los diabéticos y, de ese grupo, el 24% acaba perdiendo una extremidad. El riesgo es de dos a tres veces mayor en los pacientes negros, hispanos y nativos americanos.

Los niveles de azúcar en sangre demasiado altos provocan inflamación y cicatrización de los nervios. Los nervios dañados tienen problemas para enviar mensajes, por lo que las extremidades inferiores acaban entumeciéndose. Sin sensibilidad, es menos probable que note llagas y heridas en los pies. Si no se tratan, estos puntos pueden convertirse en úlceras que desarrollan infecciones que llegan hasta el hueso y afectan a todo el pie y la pierna.

La arteriopatía periférica es más frecuente en personas diabéticas. Esta enfermedad, también denominada aterosclerosis, obstruye las arterias y reduce la circulación sanguínea. La mala circulación dificulta la cicatrización de las úlceras. Sin el riego sanguíneo adecuado, las úlceras seguirán empeorando, abriendo la puerta a la infección y a una posible amputación de la pierna.

Causas de la diabetes

Perder un miembro es traumático. Una paciente se negó a mirar su miembro amputado durante semanas y sólo permitió que el equipo sanitario le vendara la herida si le tapaban la pierna con una manta. Otros son incapaces de aceptar la idea de una amputación y rechazan el tratamiento por completo. "Lo que más les preocupa a los pacientes es la posible pérdida de independencia tras perder una extremidad, por lo que su primer instinto es rechazar la operación", afirma el Dr. Sadhana Chandrasekar, cirujano vascular y asesor principal del Departamento de Cirugía General del Hospital Tan Tock Seng (TTSH). "Muchos pierden la esperanza de poder volver a vivir una vida significativa después de la amputación".

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La amputación de miembros suele ser necesaria en pacientes con diabetes mal controlada. La diabetes grave daña los nervios y los vasos sanguíneos, lo que provoca pérdida de sensibilidad y mala circulación. Además, los pacientes suelen ser incapaces de sentir dolor. Esta combinación tóxica conlleva un alto riesgo de úlceras no tratadas en los pies, que pueden infectarse y acabar gangrenándose. Entonces hay que extirpar el tejido muerto para evitar la propagación de la infección y el envenenamiento de la sangre.

¿Por qué los diabéticos tienen úlceras?

En cuanto nos hacemos un corte o un rasguño, el sistema inmunitario de nuestro organismo y los mecanismos de cicatrización de heridas se ponen en marcha a toda marcha, ahuyentando los gérmenes para evitar que la herida se infecte. La sangre se coagula, se forma una costra sobre la herida y ésta empieza a cicatrizar de forma óptima.

Sin embargo, en el caso de las personas diabéticas, las heridas tienden a curarse más lentamente o no cicatrizan bien porque el organismo no puede producir ni utilizar insulina. Esta hormona convierte la glucosa o azúcar en energía, pero cuando el cuerpo se esfuerza por metabolizarla, los niveles de azúcar aumentan, lo que afecta a la capacidad de cicatrización de las heridas.

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Un estudio de 2013 publicado en la revista Plastic and Reconstructive Surgery halló una clara relación entre la cicatrización de las heridas y la glucosa en sangre. La investigación reveló que las personas sometidas a cirugía por heridas diabéticas crónicas tenían más probabilidades de cicatrizar completamente si controlaban sus niveles de glucosa en sangre en el momento de la intervención.

La diabetes puede causar lesiones nerviosas (neuropatía), frecuentes en manos y pies. Los niveles descontrolados de glucosa dañan los nervios, adormeciendo las sensaciones. Esto puede significar que las personas con diabetes que sufren una herida no sepan que la tienen y, por tanto, no reciban tratamiento. En consecuencia, la herida empeorará. La combinación de una cicatrización ya de por sí lenta y una menor sensibilidad en la zona afectada aumenta el riesgo de infección.

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